El motivo de este blog era ir dejando constancia de los últimos días que me quedan de inedición y quería uno de esos blogs ingenuos ahora que todavía era posible, pero mucho antes de lo que yo pensaba llegó a mi casa el primer ejemplar de La conjetura de Perelmán, y llegaron también las primeras entrevistas, casi en familia, como la de mi amigo y compañero de faenas Sergi Bellver, y entonces, mucho antes de que terminase el mes de inedición, ya era imposible escribir como si las cosas no estuvieran ocurriendo, y no era sincero.

Así que hasta aquí hemos llegado, o más  bien hasta el post anterior, porque esto no es más que un cierre de cierta dignidad al derecho al pataleo del ahorcado  (cito al gran Ronaldo Menéndez).

El ejemplar llegó a Águilas en un sobre. Cuando lo abrí pensé en mi abuela Pepita Moreno, que me alimentó mientras escribía la novela y por eso en la solapa pone que recibí la beca  Pepita Moreno para jóvenes creadores. (No os molestéis en pedirla, suelo ser el único beneficiado. Admito el enchufe). El caso: pensé en ella porque a nadie iba a hacer más ilusión que a una mujer que no ha leído libros en su vida, y rápidamente corrí a regalárselo. Sin leer obsesivamente, sin fantasear, sin reconocerme en ese objeto macizo de papel y pegamento manchado de tinta donde está el encerrado el río de la conciencia de seis meses, como había pensado que haría llegado el momento.

Desde que puse en mi Facebook este episodio,  mucha gente me pregunta qué se siente al ver el primer libro publicado, es decir, al ver concluída la vida inédita. Y yo a todos les digo que poca cosa. Esto me lo dijo un día Alberto Olmos y tenía toda la razón: «Uno siente prisa por publicar y le parece que todo va a cambiar desde ese momento, pero luego ve que no es más que un libro y no pasa nada.»

En este sentido, parece como si uno fuera inédito todavía, y si lo pienso bien me doy cuenta de que lo soy: inédito de todo lo demás. No he publicado las novelas que todavía no he escrito, tampoco alguna de las que hay esperando la corrección final o el tiro de gracia, y de cualquier forma una vez más habrá que bajar al barro de las teclas a pelear con las palabras.

Si tuve un sentimiento nuevo al ver la novela fue la fascinación con que un equipo de gente (correctores, maquetadores, diseñadores bajo la antenta mirada de mi editora, y ahora las personas dedicadas a la prensa) hubiera estado trabajando sobre algo que ha salido de mi cabeza. Una especie de agradecimiento o más bien de asombro con esta máquina de resortes humanos. Y en fin: mañana estará en las librerías mi novela. No es más que un libro y ésta era la mayor ingenuidad de todo el blog. Espero que os guste a los que lo queráis leer. La persona desconocida que compra el libro porque le llama la atención o le han hablado o ha leído cualquier cosa sobre él es la parte más fascinante del mecanismo. Así que gracias a ti.

Entonces es momento de echarse a un lado y ver cómo pasa el tren. Cómo marchan los vagones cargados y los compartimentos de primera, segunda y tercera clase repletos de sombreros, maletines y camisas arremangadas. Ver pasar el tren de largo y silbar en la estación a las cosas que se están yendo, silbar a modo de despedida y no de STOP, despreciar el último aviso y el penúltimo, quedar como un fósil o una prehistoria, quedar como un Induráin del museo de cera que ve pasar a los ciclistas, que no pedalea, que ha sido creado para perder.

En sexto de primaria nos llevaron a Madrid, éramos niños ruidosos que venían a la capital desde Murcia y nos sentíamos tan provincianos como los habitantes del último planeta del sistema España, y habíamos oído que los grandes hombres se forjaban en Madrid y teníamos idea de los grandes hombres o de los leones hechos con armas de la guerra de Cuba que vigilan el congreso de los diputados.

No teníamos ni idea. Ejercíamos nada más que de niños de la provincia lejana, de lanzadores de petardos, no había figura de cera que nos paralizase en su eternidad salvo el Alien o el Depredador, salvo Batman, y nos hacíamos fotos con la figura de Franco sin saber quién era, y nos hacíamos fotos con el Rey porque todavía salía en las monedas de cien pesetas y eso significaba que podíamos comprar más petardos, más cromos de la liga, más bollycaos.

Entonces como ahora uno evadía las señales y se hacía a un lado, dejaba pasar la Historia de las figuras de cera, perseguía el primer beso como si fuera el último y agarraba la primera borrachera (Malibú con Piña) como si fuera la primera.

Hace días que vengo pensando en lo bonito que era estar aparte.

Y veo las mismas fachadas sin futuro de mi barrio y las calles muertas que van a dar a la rambla y me digo: quizás era eso la plenitud, la empecinada pertenencia a la nada, la motivación infantil del todavía.

Se ha hecho muy tarde.

Leo en Qué Leer: «No abandonamos Internet porque nos aturde el linchamiento al que fueron sometidos los teóricos del Nuevo DRAMA. Exista o no ese movimiento, acertados o no sus planteamientos, la mezquindad de la reacción no tuvo límite.»

También colocan al «movimiento» en el Purgatorio por su «esperpéntico nacimiento». En el infierno está la muerte prematura de Félix Romeo, y en el cielo no me acuerdo.

Han pasado ya suficientes días de todo aquello como para que pueda sacar alguna conclusión en los puntos y las comas de esta cuenta atrás. He tenido tiempo de meditar, de poner cada cosa en la balanza, de preparar un opúsculo o un artículo o una declaración o una pataleta con pinta sesuda que deje en su sitio a los defensores y a los detractores, porque parece que lo único que faltó en todo aquello fue término medio y tranquilidad. La tranquilidad (e ingenuidad) con la que nos pusimos a hablar a periodistas que nos preguntaban sobre esta idea de la literatura sin afán de hacer grupo y mucho menos enemigos, sin la petulancia de la novedad ni el deseo de destacar.

Y cómo se interpretó en este mundillo literario dominado por la histeria de la escasez (que convierte en amenaza cualquier movimiento ruidoso) y la abominación de la etiqueta (totalmente comprensible)…

Sí, ahora que el ruido ha pasado (o eso parece) aquí está mi conclusión meditada, estudiada y sosegada de pionero: ¡vaya susto más inverosímil!

Quince días para que salga La conjetura de Perelmán, para dejar de ser inédito, para la ligera decepción o la tímida sorpresa ante las cosas que han salido mal o bien. Y he vuelto a Águilas, que es donde la escribí, y Águilas ha asentido cómplice con la cabeza, cabeza que está hecha de castillo sobre la montaña, de abuela Pepita Moreno en su casa, en la cocina de su casa, cabeza que está hecha de las comidas de mi abuela y de las bebidas de mi amigo Camy y el Casino, cabeza que siempre asiente.

Independientemente de cómo salgan las cosas hay un lugar que se llama casa. Esto es lo que parecen haber olvidado los que pelean en las piscinas de barro de la cultura. Parece como si toda esa gente no tuviera casa. Como si no tuvieran dónde descansar de tantos saltos de valla en la olimpiada sin medallas del horrible mundillo literario.

¡Qué bueno es descansar!

El problema mental más llamativo que tengo es que me creo las películas. Me creo los mecanismos de funcionamiento social e íntimo que suceden entre  los personajes de las películas. Esto no me empuja a hacer quijotadas como derribar un helicóptero con un coche de policía porque se me han acabado las balas, pero sí causa algunos nudos gordianos más sutiles en la biografía.

Viene por algo muy sencillo y elemental: tú estás sentado frente a la pantalla gozando como un puerco porque la cámara está mirando al lugar adecuado para que tú lo entiendas todo rápidamente. Aquí está encerrado mi problema con el cine, en la misma jaula donde vive el mono que maneja los mecanismos psicológicos de los personajes del cine. Aquí está mi problema mental. Un problema mental muy agradable de padecer, por cierto.

La gran diferencia entre las películas ficticias y la película real es ésta: la posibilidad de mirar justamente donde hay que mirar, y no me refiero al chapuzas del Nostromo que tiene detrás al Alien a punto de atacarle, sino al lugar donde Joe Gillis tendría que mirar para darse cuenta de que Norma Desmond está volviéndose loca por él.

Mirar al lugar adecuado es demasiado fácil en las películas. Observas a personajes enredarse en telarañas tejidas por el guionista mientras tu telaraña personal empieza a ovillarse a tu alrededor en ese mismo momento. O una semana antes. O hace un año.

Voy a rebobinar porque esto me interesa: los personajes de las películas no saben que las cámaras han echado a rodar. Siempre me pregunto qué estaba haciendo Marty McFly dos semanas antes de que Doc terminase su máquina del tiempo, o en qué andaba pensando Jesse (Before The Sunrise) cuando las cámaras se pusieron en marcha y él se abría camino despreocupadamente, por entre el vagón donde estaba Celine, hacia la historia de amor que convertía ese paseo despreocupado en una película. En un problema.

Cambio de cinta: uno puede protagonizar varias películas interesantes. Los autorrefrenciales sospechan que este fenómeno se da innumerables veces a lo largo de su vida. Olvidemos si están acertando o son unos presumidos. Esto es un blog. Esto es un ejercicio autorreferencial que da por hecho que alguien está mirando la pantalla. ¿En qué momento empezó a filmar la cámara? ¿Cuántos flashbacks serán necesarios para que yo mismo coja el hilo de lo que está pasando? ¿Cuántos episodios inesperados tendrán que aparecer todavía en el guión para que las cosas se solucionen?

Resulta que aquí, al contrario que en el cine, los problemas son amontonamientos y no una secuencia lógica. Resulta que si uno se cree las películas tanto como yo, si uno es tan estúpido y tan entusiasta delante de una película (grito, río a carcajadas, salto del asiento cuando veo una buena película) como yo, vive con la falsa sensación de guionista maquiavélico de que todo está yendo según se planeó. Y esta quiniela no es de las que se aciertan varias veces.

Uno no sabe si está en el planteamiento, el nudo o el desenlace de algo. Uno no sabe si las cámaras han empezado a rodar o todo esto son las llanuras cenicientas que se extienden años después del final feliz.

Hoy he fumado un paquete y medio de cigarrillos y he visto 30 capítulos de The Office. ¿Qué clase de película de mierda sería ésta?

En escrupuloso orden inverso, los tweets con los que he comentado hoy el debate entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy en Televisión Española.

juansotezivars
 Juan Soto Ivars
#debate made in Hollywood. Final feliz. Ahora se van a dar besos, por eso Rubalcaba se ha recortado la barba.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

MRW se frota las manos con la cantidad de cosas que están diciendo que van a mandarse #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Tenemos unas tasas de criminalidad más que aceptable» (Rubalcaba recibe votos de los vendedores de alarmas) #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El final del #debate me parece glorioso. Tanto hablar de pueblos pequeños que esto parece el Grand Prix
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Quien se quede fuera del gobierno, tiene un futuro de la hostia como vendedor de alfombras. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Yo pateo España» (Rajoy es el hombre de hierro que necesitamos) #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Hablan de mujeres y di puta ciones.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«La mayoría de mis colaboradoras son mujeres». Rajoy acaba de decir la verdad. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Para contestar a lo de la igualdad, Rajoy no tiene más que sacar una foto de Esperanza Aguirre. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba habla de la igualdad entre mujeres y hombres. Para ser contundente, Rajoy debería decir: «No sea hipócrita, aquí somos 3 tíos»
Chocho Morenote
yeyodebote Chocho Morenote

 por juansotezivars

Qué interesante está CSI.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba insiste en lo del matrimonio gay cuando Rajoy le ha acusado de no tener pudor. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

A los candidatos les falta prometer que van a encontrar a Marta del Castillo… #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy no responde al tema del matrimonio gay que Rubalcaba le ha propuesto tan claramente. Es discreto o se lo está pensando. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

He apagado el volumen al debate y he puesto música, y os juro que están bailando. Auricular Real Ya. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Aprovecho este bloque para hablar brevísimamente de democracia», dice Rubalcaba. Dice la verdad: brevísimamente. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Lo de dejar el tema del matrimonio homosexual para el final es una sorpresa. En el último minuto, se nos casan. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El moderador es del betis. O su corbata. Intenta maltratar el ánimo de Rubalcaba por lo de Andalucía #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba: «no no no». Rajoy: «sí sí sí». Empate. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

La verdad es una, y esto es antidemocrático, porque aquí cada uno de los candidatos dice verdad y mentira sobre las mismas cosas #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Que le echen cojones y acusen al otro partido haber metido enfermedades más caras de curar en la sociedad. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Los profesores de ciencias políticas dan a sus estudiantes 20 créditos si no ven este #debate de alto nivel.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba dice que «los hospitales públicos transfieren a los enfermos graves a los públicos», y añade que es «gravísimo», redundante.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy admite que los empleos del futuro caerán en quienes tengan idiomas, ergo: va a haber que irse a trabajar a otra parte #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy va a hablar de educación y admite que ambos tienen aquí un problema #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Usted siembra insidias», acusa Rajoy, y todos sabemos que el sector agrario no genera riqueza.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Salga usted de su ambiguedad calculada y diga a los españoles que es usted gay» Rubalcaba #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Son Goku, haciendo esos gestos con la mano, al menos disparaba bolas de energía #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

En la tercera parte del #debate, los asientos bajan por una rampa hasta la piscina de barro.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Tal como está colocado Rajoy en el plano, detrás de su cabeza se lee 011, que es el teléfono de mujeres maltratadas, creo #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Tanto hablar de recortes, esto parece un debate de Pret a Porter #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Ustedes han congelado las pensiones», dice Rajoy. Rubalcaba tendría que decir: «Es que si no se ponían malas.» #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Ustedes han congelado las pensiones», dice Rajoy. Rubalcaba tendría que decir: «Es que si no se ponían malas.» La carne caduca, señores.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Telecinco ha comprado el 51% de las acciones de TVE, a juzgar por estas interrupciones. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

La parte de la mesa donde está Rubalcaba tiene dos copas de agua y la de Rajoy ninguna. Esto es el colmo. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba está haciendo gestos de negra chunga. #debate
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba demuestra que estudió Ciencias trayendo un gráfico al debate.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy y Rubalcaba son candidatos al puesto de sofista.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

A mí me parece bien que quiten camas en los hospitales. La salud se fortalece follando.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Como Rubalcaba se confunda de dedo, vamos a tener guerra civil.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy hace el juego a Rubalcaba: quiere mejorar las pensiones confiando en que va a jubilar a su rival. Al fin un poco de caballerosidad.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy se quiere meter en el bolsillo a los jubilados (el sastre no se echa las manos a la cabeza, pues a los viejos se les puede incinerar)
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy: «Yo no soy un experto en economía»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy dice «cuesión» (cohesión) y «paice» (parece) en un gesto loable de economía.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Cien euros a que el moderador aparece con peineta en el siguiente plano.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Los tweets de @publico_es son mucho más graciosos que los de@masaenfurecida
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba está amenazando a los que bebemos y fumamos y perdiendo así el voto de la gente confundida.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba: «Señor moderador, señor Rajoy…» Las damas primero. Sabía que ese bigote era postizo.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Si llega a la Moncloa, Rajoy comenzará una guerra contra Letonia, Lituania y Rumanía.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy ha estado dando vueltas a los folios durante dos semanas frente al espejo para conseguir ese movimiento tan aeróbico y elegante.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El comodín de la llamada no creo que lo vayan a utilizar.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Las palabras de los dos candidatos huelen mal, con lo que queda utilizado el comodín del 50%
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy ha pronunciado la palabra «público» ochocientas cuarenta veces, con lo que se considera utilizado el comodín.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El rótulo que les ponen debajo a los candidatos es del mismo color mierda que el debate.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Retoman el debate. ¡Qué ganas tenía, virgen Santa!
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Un tipo del PSOE ha tenido un lapsus bastante sintomático de la jerarquía: «Alferez Pérez Rubalcaba»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

En la segunda parte del debate, los candidatos pueden usar arma blanca. Blanca es la papeleta, blanca es la navaja.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

En la segunda parte del debate, los candidatos protagonizarán un duelo de raperos. Desigualdad, porque Rubalcaba tiene mejor rima que Rajoy.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Justo después de la primera parte del debate, vemos que la sede del PP parece, en este momento, un jodido after.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El pelo de Jorge Moragas ha ganado las elecciones.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

A Calleja le ha parecido aburrido el debate porque había mucho cuento
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Veo a José María Calleja muy delgado.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

José María Calleja me dio clase en la Facultad y todo lo que diga está bien para mí (me puso un nueve)
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

A Fernando Ónega lo trajo Carlos Jesús.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Al tiempo entre dos bloques del debate se le llama «Jornada de Represión»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Los tertulianos están leyendo mi twitter y dicen lo mismo que yo pero sin gracia.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El tertuliano de la Razón es dequeísta. No sé qué más es.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Los tertulianos de TVE nos sorprenden ahora con sus ideas independientes.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Las presentadoras que hablan durante el descanso son como las tías en pelotas que salen entre dos round de boxeo.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Van a hacer un descanso para que ambos candidatos de vayan a cagar
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El sistema de risas enlatadas ha fallado.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy no quiere que seamos el primer país de Europa en nada. Ni siquiera en paro.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

RAJOY ACABA DE MENCIONAR TWITTER Y GOOGLE. Me ha ganado el corazón, el truhán
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Otra reflexión sobre la semántica: Rubalcaba hace a Rajoy preguntas dando por hecho que el PP ganará. Listo, pero poco disimulado
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

No sé si acaban de hacer un chiste, cuando me he despertado estaba Rubalcaba sonriendo
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Menos en Grecia, porque de equilibrio hablan muy poco
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Hablan tanto de otros países que yo sospecho que quisieran ser candidatos en cualquier otra parte.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

(Estaba despistado y Rubalcaba ha empezado a repetir la palabra Bomba Bomba) pero no se refería a ETA
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Os juro que acaban de poner un plano de Rajoy en el que se le ve como estaba en 1996.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Lo único que reforman es el lenguaje. Ambos hablan de «tocar» lo que su partido va a recortar, y de «recortar» lo que el rival quiere tocar.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

¿Este partido no tiene descanso, Dios santísimo?
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Mi madre me ha quitado las patatas. Ahora le va más el 15-M
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

VIVA EL PSOE
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Mi madre me acaba de traer un plato de patatas fritas. Ella vota izquierdas. Creo que mi imparcialidad se ha ido al garete, pero sigamos.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba ha dicho: ¿Perdón? Rajoy se ha callado onerosamente.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba acaba de pedir PERDÓN
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Aquella vez que me llamó el señor Rodríguez ZP y yo le dije que sí en 5 minutos». Política de austeridad o ruina de las operadoras.
masaenfurecida
masaenfurecida masaenfurecida

 por juansotezivars

EL BLOQUE 2 VA A ESTAR DEDICADO A TWITTER.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy habla de «nuestro déficit y nuestra deuda pública» haciendo un ejercicio de autocrítica
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

«Esto no es cuestión de una, dos o tres medidas» dice Rajoy, y mentalmente añadimos: «Es cuestión medir las medidas.»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Creo que ambos candidatos pecan de lo mismo: hablan demasiado de política
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Cada vez que Rajoy toma aire, la lengua española crece.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Si Rajoy y Rubalcaba están ahora luchando en la cúpula del trueno (Mad Max 3), el presentador es una cantante negra con el pelo de punta
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Si un editor de vídeo pone tres vasitos con una bola debajo en la mesa bajo las manos de Rubalcaba, tenemos al trilero democrático
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

En este momento los dos hablan a la vez y se contradicen. Creo que Telecinco acaba de pinchar el debate.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba retoma el debate haciendo con las manos un gesto karate kit.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

La palabra más repetida del debate (según últimas y precisas mediciones) no es crisis ni España ni ciudadanos. Es «USTEDES»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

El moderador del debate está jugando con el iPad.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy: «Le voy a responder con mucho gusto». Sabía que debajo de la mesa había algo.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba se ha leído el programa del PP porque es un tránsfuga
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba retoma la palabra haciendo con las manos un drástico baile del pañuelo
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Los dos hablan de recortes pero yo veo los folios muy enteros. ¿Serían din A3?
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy usa ahora la técnica Isabel Gemio para captar audiencia: «tengo una carta para usted.»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Que los contendientes luchan por llegar a Madrid es evidente. No lo digo por las elecciones, sino por la técnica del dedo en el ojo.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Sospecho que el pelo de Rajoy es una tapadera. Si tiras de un hilo de la chaqueta se levanta, dejando una calva del PSOE al aire libre
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Mariano Rajoy me acaba de escribir un privado: se disculpa por dar mi número, dice que la cifra era de otra cosa, pero no se acuerda de qué
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Cuando Rubalcaba ha dicho que iba a hacer una pregunta sobre contratos a Rajoy, pensaba que le iba a pedir trabajo.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba se quiere meter a los jóvenes en el bolsillo. El sastre se echa las manos a la cabeza.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba se queja de que Rajoy no habla más que de cifras (porque no ha dado su número de teléfono y se siente mal) (El mío sí lo ha dado)
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba: «El gobierno no ha dado ningún dinero a los bancos.» Ergo: El gobierno no paga la hipoteca.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Me pregunto a qué óptica está haciendo Rajoy propaganda.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

La oreja derecha de Rajoy ha enrojecido, en lo que parece ser un viraje ideológico.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy no para de dar números de teléfono.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Han intentado que los candidatos parecieran cercanos con la vestimenta y el color de fondo, pero han olvidado el poder del zoom
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rajoy insulta a Rubalcaba: «Rodríguez Rubalcaba»
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba: «He leído su programa con interés». Como dicen los editores que no te aceptan un manuscrito.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba se ha puesto hoy una barba a juego con la cabeza.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Desliz de Rubalcaba: «Las empresas no creamos empleo». Doble autocrítica respecto al funcionamiento de los partidos.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba habla sobre crecimiento. Craso error: Rajoy es más alto.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba y Rajoy han empatado en uso de corbata: los dos azules.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Rubalcaba comienza perdiendo la parte capilar del debate, lo cual es una sorpresa relativa.
Juan Soto Ivars
juansotezivars Juan Soto Ivars

Empieza el debate: Creo que Rajoy intenta hipnotizarme. Es lo que pienso siempre que lo veo hablar mirando a cámara.

Hoy, extractos de un email a una mujer.

…Hoy me estaba riendo mucho con The Office y he disfrutado con mi madre del capítulo de Walking Dead que hemos visto juntos.

Son pequeñas anotaciones de la forma en la que me funciona la cabeza que de pronto me apetece compartir contigo. Supongo que estarás dormida y a punto de irte a trabajar.

Estoy pensando ahora sobre mi tiempo libre. Sobre la cantidad de tiempo libre que tiro por el retrete gracias a estos movimientos moribundos del ocio, esclavista disfrazado de feriante como el malo de Pinocho. Me ha parecido feo perder tanto tiempo durante estos días.

La consecuencia más nefasta de haber acabado la novela y estar esperando a que se publique es que he cerrado los ojos. Creo que a partir de aquí o un poco antes podría dar comienzo el post de hoy en el blog. No me lo tengas muy en cuenta, así te ahorras leerlo allí.

Cerrar los ojos.

Cuando estaba encerrado en Águilas con la novela tenía los ojos muy abiertos. No, no sólo los ojos: los oídos, la conciencia, era como si los sentidos se multiplicasen y se volvieran mucho más potentes. Hasta los movimientos de las moscas repercutían como un gong. Cualquier mirada de cualquiera en la Glorieta del pueblo era rápidamente archivada y clasificada en los anales de la paranoia y la exageración. Bastaba que un día nadie me riera las gracias en Facebook para que sentirme un fracasado absoluto, pero abrir un paquete nuevo de tabaco me llenaba de plenitud y me provocaba hurras y carcajadas.

El combustible de la literatura es ese estado de permanente excitación. Quien escriba sin convertirse en una sucursal de las calderas del infierno y de las trompetas celestiales está contando historias. Quizás estoy exagerando. Pero si me doy cuenta de mi exageración es porque atravieso el barbecho como un soplo de aire jubilado.

Barbecho.

¿Quién iba a decirme que esperar a que el puto libro salga a la venta iba a ser tan aburrido? Hoy he sentido ese aburrimiento de los niños, el aburrimiento mortal de los domingos de verano de la infancia que es lo que siente el condenado a muerte la semana antes de la ejecución, la semana antes de convertirse en carne de tumba.

Sólo te digo que mañana voy a irme a Águilas y que me doy de plazo una semana para empezar otra vez a funcionar.

Que protesto categóricamente contra esta mediocridad de tiempo intermedio donde los relojes son anodinos como los de una estación de autobús. La estación de autobús de Méndez Álvaro, donde empieza la novela que eché a escribir en la biblioteca del Gótico y que hoy he releído y destruido por ser plana, inerte y plástica como una tableta de Apple.

Es lo que me he propuesto.

Las sensaciones con The Walking Dead y The Office y con todo este tiempo asesinado, las sensaciones que me han llevado a pensar en ti y luego en tu tiempo esclavo, la desoladora sensación de amor que me ha golpeado justo después pensando que hoy estás durmiendo tan lejos de mí ha sido el combustible.

Mañana acercaré la cerilla al combustible.

Ahora cruza los dedos para mí.

The Office USA

Michael Scott buscando excusas

Pienso en los hombres de las cavernas que vivieron hace cientos de miles de años, en los primeros pobladores de las riberas que levantaban efímeras cabañas con palos y pieles de buey, pienso en los fenicios naciendo y muriendo a toda velocidad, en los egipcios, los griegos, los romanos, en los pobladores de la América que no conocía los caballos, caballos que llegaron para correr, para matar, para criar, alimentarse y morir, y pienso en la velocidad de la vida y la muerte bailando entre los habitantes de los pueblos medievales, en las vacaciones por Europa de la peste bubónica, en las guerras de religión donde los valientes daban la vida por un Dios cobarde que no defendía a sus defensores, en las revoluciones, en los hombres que levantaban la voz, el puño, que lanzaban la mano recta al cielo azul metálico y gritaron: ¡Heil!

Pienso en lo rápido que pasa el impulso de una vida por los buenos y los malos, por los estúpidos y los genios, por cien mil trillones de vidas en la espina dorsal del tiempo. En las células llamadas personas que nacen y mueren para formar parte del cuerpo de la humanidad, desde siempre, hasta el final. Parece poca cosa entonces…

Pienso en los siete mil millones de humanos que van a morir. En los catorce mil millones que van a nacer.

La televisión está encendida para que sepa que Vicente Romero se ha ido a Somalia a tomar imágenes y decirnos que ha estado en el infierno. Todo está encendido. La radio, los libros, las luces. Internet.

Goya murió. Dalí murió. Picasso murió. Rubens, Catalina Segunda. Bill Clinton va a morir.

Trato de mirar de frente el paso del tiempo con su apoteósico concierto de vida y de muerte y así la lucha cercana, la amenaza llamando al timbre de la casa familiar, el combate de la vida y la muerte instalando su ring en el apacible salón parece algo menos dramático. Y así huye el drama uno de los impulsores del Nuevo Drama, esta semana. Tres días sin actualizar el blog porque la lucha más elemental estaba actualizándose a toda velocidad. A la velocidad de las células. Cerca.

Pero tengo sobre las piernas un libro de Julio Verne: Veinte mil leguas de viaje submarino. Me pide el cuerpo leer textos que alejen de la realidad. Bajar a las profundidades una vez más con el capitán Nemo y que la ropa, en mitad de la llanura, huela a salitre. Porque si ahora pienso en libros que amo, si pienso en autores como Benhard o en Hamsun, si pienso en Félix Romeo y todos los que dan a la verdad una verdad de letras, a la sangre una herida de letras, al vicio de la lectura nuevos y viejos dramas, si pienso en todo esto el cuerpo me dice: descansa.

Así que mientras la vida me pone entre las manos una nueva ración de drama para escribir nuevos dramas del futuro, nuevas traducciones del latido intermitente que mueve e irriga a la humanidad, mientras las agujas de la inspiración atraviesan la modestia que es no escribir hacia la presunción de transformar el silencio en sonido, descanso.

Y descanso leyendo a Julio Verne. A bordo del Nautilus os digo hasta mañana, queridos.

Y ánimo a quien lo necesita.

Durante diez años viví en Alcantarilla, Murcia. Si el infierno fuera un lugar personalizado para cada uno, Alcantarilla serviría de base sobre la que poner el resto de objetos y torturas. Alcantarilla es un pueblo de más de 40.000 habitantes al que algunos tienen cariño. No tiene cine ni librerías. El centro cultural se llama Infanta Elena.

Hoy me he dedicado a dar paseos por aquí intentando arrancar a las antipáticas calles un poco de nostalgia.

De los cuatro a los catorce años supongo que pasaron muchas cosas. Recuerdo haber entrado en una nave abandonada con Rafa y Juan Madrid. Encontramos un colchón y le prendimos fuego. Tiramos a las llamas algunas latas de desodorante o de laca que había por ahí y salimos corriendo. En la calle escuchamos una gran explosión. Las calles del pueblo tenían cierto misterio, porque estaban divididas por bandas imaginarias: temíamos a los gitanos y éramos hostiles con los chicos de otros colegios. Los de las Monjas, como mi vecino Mariano, eran los mocosverdes, y se arracimaban por la plaza de San Pedro. Los del Sanje eran amenazantes, poblaban los huertos y tiraban limones a quien se acercase. Los del Samaniego nos ganaban al fútbol, y eran expertos saltando vallas.

Fuera de los muros del colegio Nuestra Señora de la Salud, la vida se dividía en tres partes: la mayor parte estaba copada por mi afición a dibujar cómics. Desde los 5 años me encerré en mi cuarto para dibujar largos cómics en la parte de atrás de las fotocopias de los apuntes de mi padre y creo que estuve así hasta los 13 o 14. Otra parte del tiempo discurría en los solares. Los solares eran nuestros parques: servían para guerra de limones y de piedras, para rebuscar entre los escombros y para hablar con temor de los gitanos mirando hacia los pisos donde vivían, al otro lado de las vías. Quería volver a los solares pero ahora hay en su lugar bloques de edificios.

Encontrar calles y edificios donde había espacios abiertos es muy raro: no sólo no está el terreno del recuerdo, sino que además hay una parte de la ciudad totalmente desconocida. La sensación se parece a esos sueños en los que estás en casa de tu abuela y de pronto caminas por una oficina.

La tercera parte del tiempo discurría en el videoclub Manila. Pero sobre el videoclub Manila quiero escribir mañana.

Lo que hay dentro de nosotros está sometido al clima y al ánimo lo barren vendavales y lo inundan aguaceros. En Sevilla todo estaba marchando muy bien. De hecho anoche conocí una peña flamenca y tuve la suerte de escuchar la guitarra de Juan Torres, un advenedizo con manos virtuosas, tocando una malagueña alucinante. Mara Rey, la cantaora, llegó a arrancarse por Rocío Jurado y Bambino en un cuadro de lo más heterodoxo. Heterodoxo era el sitio: encima de un videoclub donde venden libros viejos y reliquias en vinilo (discos de Juan Marchena, de Manolo Escobar, de Farina) está la peña. Es el barrio de Triana y el hombre que anuncia a los músicos se parece a Miliki pero tiene el duende corriendo por las venas.

-En Triana siempre hay duendes. Cruzas el puente y no eres el mismo, -dice al auditorio, mezcla de curiosos y miembros de la peña, que mirarán muy serios el espectáculo (alguno con lágrimas brillando a la luz de las bombillas alógenas)

La estancia estaba abarrotada de objetos de lo más peregrino: desde una lámpara de bronce en forma de ángel a una colección de viejos sintetizadores Hammond y pianos pegados a la larga pared. El médico que nos dio el soplo de este sitio estaba con nosotros bebiendo Manzanilla. Le pregunto qué hay que hacer para ser miembro del club y me responde:

-Yo mismo pregunté a un hombre que cortaba las entradas hace algún tiempo. Frecuentábamos mucho este sitio, aquí siempre hay flamenco bueno, no como en los tablaos. El tipo parecía un personaje de El Nombre de la Rosa, un chepudo deforme y con mirada de zombi. ¿Qué hay que hacer para ser socio?, le pregunté. Y me respondió: Tú vienes, y nosotros te miramos. No hubo más explicaciones. Mi amigo el médico siguió yendo, y algunos ojos severos se posaban sobre él. Nadie le ofreció entrar en la peña.

La cosa iba muy bien y la música sonaba llenándolo todo y rebosándolo, salpicando los cuadros de la virgen del Rocío y de la Macarena, el óleo de colores propios del LSD donde se ve a Cristo llorar sangre rodeado de caballos fosforescentes, y sin embargo había un eco extraño. Una reverberación que siguió conmigo cuando nos acercamos a otro bar, acabado el cante, para charlar entre amigos. Y reíamos, claro, y conversábamos rescatando las anécdotas del viaje a Doñana del día anterior, donde vi un ciervo que tosía y me escrutaba a dos metros de distancia, y el encuentro con otro amigo médico que escribe cuentos y se parece a Chéjov con pulmonía, y el eco seguía.

Hoy he regresado a casa, a Murcia, con mis padres. El eco va tomando forma. Ahí afuera la calle está muy tranquila. Si no pasan coches, si no chilla un murciélago ni tropieza ningún borracho, ¿a qué este eco?

La amenaza es jodidamente lenta, pero algo malo va a pasar.

Son los días sombríos. A veces el eco se va sin más, como cuando en el avión desatascas los oídos con un bostezo redentor.